El mundo nunca había visto una organización como la bahá'í. Es la primera vez en la historia religiosa del mundo que su Fundador, el Mensajero de Dios para esta época, elimina los cleros. Hasta ahora toda religión establecida ha tenido cleros de una forma u otra: personas a las que se les concede tanta autoridad que pueden decidir el curso de una comunidad. En la Fe la autoridad está en el grupo, en las Asambleas, de ahí su importancia y la necesidad de que todos nosotros aprendamos, poco a poco, a funcionar en ellas, a mejorarlas.Los aproximadamente cinco millones de bahá'ís en todo el mundo, estamos envueltos en esta gran aventura de establecer la administración bahá'í con las asambleas locales en su base. En medio del camino podemos encontrarnos tropiezos y dificultades pero tenemos que respirar hondo, levantarnos, mirar al frente y seguir la marcha. ¿Pensaron los primeros cristianos, al igual que los creyentes de otras religiones, que estaban estableciendo instituciones que iban a perdurar en el tiempo?
Bahá'u'lláh nos dice con respecto a las Asambleas Locales:
"El Seños ha ordenado que en cada ciudad sea establecida una Casa de Justicia en la que se reúnan consejeros en el número de Bahá y si se excede este número no importa. Incumbe que ellos sean los depositarios del Misericordioso entre los hombres y se consideren a sí mismos como los guardianes designados por Dios para todos los que moran en la tierra. Les toca reunirse en consejo y cuidar, por amor a Él, los intereses de los siervos de Dios, como si fueran sus propios intereses y elegir lo que es digno y apropiado. Así os ha ordenado el Señor vuestro Dios."(BA, pág 21).
Y sobre la consulta nos dice:
"Tomad consejo juntos en todos los asuntos, ya que la consulta es la lámpara de guía que indica el camino y es la que confiere el entendimiento"
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